La principal diferencia radica en la composición y las propiedades de la pintura. La pintura interior está diseñada para resistir el desgaste diario, como la limpieza frecuente y la exposición a la luz interior. Por otro lado, la pintura exterior está formulada para resistir condiciones climáticas extremas, como la lluvia, el sol y la nieve, además de proporcionar protección contra moho y hongos.

Al elegir el color de pintura para el interior, considera la iluminación, el tamaño de la habitación y el ambiente que deseas crear. Las muestras de pintura y las cartas de colores pueden ayudarte a visualizar cómo se verá el color en tu espacio. Además, ten en cuenta que los colores claros pueden hacer que una habitación se sienta más grande y luminosa, mientras que los colores oscuros pueden agregar calidez y profundidad.

Antes de comenzar a pintar, es importante preparar adecuadamente la superficie. Esto puede incluir limpiar las paredes para eliminar el polvo y la suciedad, reparar cualquier grieta o agujero con masilla para paredes, lijar superficies ásperas y aplicar una imprimación si es necesario. También es recomendable proteger las áreas que no se van a pintar con cinta de pintor y papel de protección. Un buen trabajo de preparación garantizará un acabado duradero y de alta calidad.